«Y serás amada por mis amantes, cortejada por mis cortesanos. Serás la reina de los hombres de ojos verdes cuyas gargantas también he estrujado en mis caricias nocturnas; de los que aman el mar, el inmenso, tumultuoso y verde mar, el agua informe y multiforme, el lugar donde no están, la mujer que no conocen, las flores siniestras que parecen el incensario de una religión desconocida, los perfumes que confunden la voluntad y los animales salvajes y voluptuosos que son los emblemas de su locura.»

«Y serás amada por mis amantes, cortejada por mis cortesanos. Serás la reina de todos los hombres de ojos verdes cuyos cuellos sujeté con fuerza en mis caricias nocturnas; de los que aman el mar, el inmenso mar, tumultuoso y verde, el agua informe y multiforme, el lugar vacío, la mujer que no conocen, las flores siniestras que parecen los incensarios de una religión desconocida, los perfumes que perturban la voluntad y el salvaje y bestias voluptuosas personificando su locura».

(Baudelaire – Los beneficios de la luna)