«Y su brazo y pierna, y muslo y lomo,
Pulido como el aceite, ondulante como un cisne,
pasó ante mis ojos claros y serenos;
Y su vientre y sus pechos, estos racimos de mi vid,
Más mimoso que los Ángeles del Mal,
Para perturbar el reposo de mi alma,
Y molestarla desde la roca de cristal
Donde, tranquila y solitaria, yacía».
«Tranquilamente observé, con cierto desapego al principio,
mientras los brazos como cisnes se desenrollaban, y luego las piernas,
los muslos lisos que se mueven, brillantes como el aceite,
el vientre, los pechos – esa fruta en mi vid –
Agrupados, más tentadores que querubines malvados,
para socavar la paz que había conseguido,
desalojando mi alma de su roca – trono de cristal
de contemplación, una vez tan distante, tan serena».
(Baudelaire – Les bijoux)
août 23, 2015